La Unión Europea y el bloque sudamericano Mercosur han acordado un proyecto de tratado de libre comercio, dijeron las partes del acuerdo el viernes (28 de junio), poniendo fin a casi 20 años de negociaciones.
Los dos bloques comenzaron las negociaciones en 2000, intensificando los esfuerzos para alcanzar un acuerdo después de que la victoria presidencial de Donald Trump impulsara a la Unión Europea a congelar las conversaciones con Estados Unidos y a buscar otros aliados comerciales mundiales.
Ese impulso le ha llevado a implementar un acuerdo de libre comercio con Canadá y a alcanzar acuerdos con Japón y México y ahora, después de 39 rondas de conversaciones, también un acuerdo provisional con Mercosur, la agrupación de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
La Comisaria Europea de Comercio, Cecilia Malmstrom, dijo a principios de este mes que sellar un acuerdo comercial con Mercosur era su principal prioridad.
La Unión Europea es ya el mayor socio comercial y de inversión del Mercosur y el segundo en el comercio de mercancías.
En términos de reducción arancelaria, podría ser el acuerdo comercial más lucrativo de la UE hasta la fecha, con un ahorro potencial cuatro veces superior al de los acuerdos con Canadá y Japón combinados.
Europa tiene la mirada puesta en aumentar el acceso de sus empresas productoras de productos industriales, en particular de automóviles, para los que los aranceles son del 35%, y en permitirles competir en licitaciones públicas. El Mercosur tiene como objetivo aumentar las exportaciones de carne de vacuno, azúcar, aves de corral y otros productos agrícolas.
Brasil dijo que el acuerdo eliminaría los aranceles de importación para varios productos agrícolas, incluyendo el jugo de naranja, el café instantáneo y la fruta, y daría un mayor acceso a través de cuotas para la carne, el azúcar y el etanol, impulsando la economía e incrementando la inversión en el país durante los próximos 15 años.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo en Twitter que el acuerdo fue histórico y uno de los más importantes de todos los tiempos.
Hasta la fecha, los nervios de la UE ante el aumento de las importaciones de carne de vacuno y las dudas de Mercosur sobre la apertura de algunos sectores industriales, como el del automóvil, han hecho que los plazos pasados hayan ido y venido.
El acuerdo todavía se enfrenta a un camino potencialmente difícil para su aprobación. Francia y otros países temen el impacto de un fuerte aumento de las importaciones de carne de vacuno, mientras que los grupos ecologistas, cuya influencia es mayor en el nuevo Parlamento Europeo, sostienen que el acuerdo podría exacerbar la deforestación.
Los países de la UE y el Parlamento Europeo deben dar su apoyo para que el acuerdo entre en vigor.